Las lágrimas son buenas

Quizás esta sea mi única y última entrada. Soy actriz y payasa, vivo totalmente alejada de la política, no leo los diarios ni escucho las noticias porque me deprimen tanto que después no logro remontar mas el día, también porque siempre ma da la sensación de que se están hablando de las mismas cosas, agitando las aguas al divino botón, que los medios están contaminados de opiniones totalmente tendenciosas por intereses sobre todo monetarios y de poder. A veces me gusta leer las contratapas de página 12 porque me entero un poquito de lo que está pasando y porque me parece que los periodistas que las escriben están parados en otro lugar un poco mas sabio e independiente. Simpatizo con los gobiernos de Nestor y Cristina Kirchner. Si es verdad que hay corrupción, como sostienen todos los que los odian, obviamente que no me gusta un poco. Pero coincido y me siento cercana al modelo de pais que propusieron y proponen, y me agrada que han tomado muchas y osadas medidas en dirección de concretizarlo.
Verla emocionada a Cristina ayer me pareció una muy buena señal. Tenía miedo de encontrar una cara endurecida y tensa de alguien que por el cargo que ocupa se siente obligada a mostrarse fuerte por demás. Me sorprendió y alivió verla así, desarmada, casi torpe pero bastante tranquila y conectada. Que no fuera mas allá de lo que podía en su discurso, que no hablara del futuro, de todo lo que iba emprender, sino que simplemente agradeciera el apoyo. Quiere decir que aparte de las 400 obligaciones que debe tener, conserva un espacio para estar con ella y dejar que le caiga la ficha de lo ocurrido, sentir el dolor, transitarlo, procesarlo. Esto le va a permitir estar centrada, accionar desde un lugar blando y seguro a la vez , la va a defender de malas influencias. Eso es bueno. Muy bueno. De eso si sé mas que de política. Quiero a este pais, quiero que nos vaya bien, quiero que mi hija, mis sobrinos, mis futuros nietos vean un panorama mejor que el que estoy viendo yo. Vamos Cristina.