Publicado en Página/12 el 31/10/10
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La sorpresa fue para todos: para los peronistas nacional-populares y para los enemigos del proyecto que esa fuerza impulsa desde 2003 y ha acentuado desde 2008. ¿De dónde salió tanta gente? ¿De dónde salieron todos esos cristinistas? Me suena lindo esto: cristinistas tiene un aire de nuevo, tiene un perfume de mujer exquisito, un feminismo que se asume con fuerza ante los hombres, ante los viejos machos hoy en alevosa retirada y, a la vez, los acepta, porque la mujer que da origen al neologismo es mina, es linda, es independiente y lo fue al lado de un hombre, que se sintió orgulloso justamente por eso: porque tenía a su lado a una mujer inteligente y brillante, que no sólo se le ponía de igual a igual sino que lo exigía, que le pedía todo el tiempo que fuera más y que lo fuera con ella, que le impidiera dejarlo atrás, porque lo amaba y quería seguir adelante con él, por eso cristinismo suena mejor que peronismo y hasta que kirchnerismo, porque suena a independencia, a germinación, a dar a luz ideas, proyectos, osadías, porque las minas no sólo dan a luz hijos de los tipos a los que supuestamente pertenecen (¿hasta cuándo ese “de” infamante para las mujeres, una mujer no es de nadie, es libre, es ella, tiene su nombre y su apellido, hasta cuándo ese “de” burgués del siglo XIX que adosa a las mujeres a los hombres en tanto propiedad privada?; probablemente Cristina conserve el “de Kirchner” para recordarlo, pero es una cuestión política, ella es ella y ahora no tiene otro remedio más que ése: ser lo que siempre fue junto al hombre que eligió: ella, pero ahora sola, con el recuerdo, la memoria y hasta las ideas compartidas y los buenos consejos de él, pero sola), sino que dan a luz sorpresas luminosas que pueden sorprendernos todos los días y mantenernos despiertos, alertas, con los músculos, los nervios y las neuronas tenso/as (¡ese machismo del lenguaje que toma el régimen del masculino para los adjetivos, cuánto hay que cambiar en este perro mundo!). No me volví feminista. Admiro simplemente a las mujeres.
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