Show del terror
El análisis económico convencional tiene una liturgia con fieles hechizados por una fuerza que merece ser capturada para mejores fines. Mientras se suceden planes de ajuste en Europa para salvar a los bancos, sus pastores ortodoxos los elogian como el camino para superar la crisis. No emiten señales de alerta sobre el riesgo de una recesión por la implementación de políticas de reducción del gasto público, de derechos laborales y sociales, de empleos y de planes asistenciales. El manual básico de economía enseña que esas medidas provocan una retracción de la demanda con caída del nivel de actividad. En el período de anuncios de paquetes de rescates financieros, el mensaje es que el ajuste es necesario para evitar una recesión, aunque así se la convoca. Economistas de esa corriente de pensamiento, en un marco de liderazgos políticos débiles, no exponen evaluaciones pesimistas sobre el impacto de esa estrategia, sino que la consideran dolorosa pero imprescindible. Como si fuera un acontecimiento inesperado en ese contexto de recortes en economías frágiles, esta semana las Bolsas registraron fortísimas bajas con posteriores recuperaciones. Recién en ese momento, quienes alentaron las políticas de achicamiento emiten la alarma sobre el peligro de una nueva recesión en los países que aún mantienen la categoría de potencias mundiales. Aunque no es fácil ante tanto bombardeo de esas ideas en el espacio público, es una muestra de prudencia saber que no es por la caída de las cotizaciones de acciones y bonos que esas economías mostrarán de mediocres a pésimos comportamientos de su Producto, sino que será consecuencia de las políticas implementadas para preservar los privilegios de un sistema dominado por las finanzas globales. La inquietud que ahora existe sobre el impacto de esta crisis en la economía argentina tiene la exageración que contagia los pronósticos a partir del derrumbe bursátil, pero es la misma amplificada que ha estado presente mientras gobiernos europeos y de Estados Unidos declararon el default sociolaboral en el altar del objetivo incierto de evitar el default de la deuda.
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